Recientemente el 5 de octubre pasado se cumplieron 28
años de la presentación de la segunda edición del libro “Los horizontes
abiertos” de Clemente Padín.
En aquel 1989 Ediciones de UNO volvía a poner en las
estanterías aquel libro publicado un 15 de diciembre de 1969 aparecido como
separata de la revista “Los Huevos del Plata”. El interés de que se volviera a
editar este trabajo luego de 20 años hay que verlo no como una aventura
editorial buscando canalizar ganancias, sino mas bien como una reivindicación que
sin duda sirviera para visibilizar las propuestas experimentales uruguayas de
la década del sesenta; esas que se habían desarrollado no como un epifenómeno
de las neo vanguardias metropolitanas, sino aquellas que a su impulso creaban
su propio lenguaje, sus propia fauna y flora, como un eco de nuestras propias
realidades y no como producto de una mera imitación.
Hay que recordar que en medio de esos veinte años estuvo
implantada una dictadura que no nació un 27 de junio de 1973, sino que se venía
gestando desde varios años atrás, ni culminó mágicamente un 28 de febrero de
1985.
Tuvimos por un lado un gobierno de facto que aplicó
severamente los mecanismos de la censura, y por otro una resistencia que mayoritariamente
creía de manera errónea que “en momentos que importa decir cosas, disminuir la
palabra en juegos experimentales puramente formales resulta un tanto estéril”,
o sea dos pensamientos iluminados en el que todo aquello que no fuera
“comunicante” sin duda carecía de valor, como siempre las ideas digeridas serán
las mas adecuadas para encausar el pensamiento de “la masa”.
Los ochentas trajeron muchos cambios a nivel cultural, en
el mundo literario la idea del “poema acción” toma nuevo vigor, se adapta a
nuestra geografía y necesidades. Grupos como los De UNO, grupos como Fabla,
sacan el poema de los libros, y los llevan a la calle, las ferias, los barrios,
los sindicatos, con una actitud desenfadad, podríamos decir casi con aires “performáticos”.
En ese contexto (que no es el tema de estas líneas, y sí)
surge la idea de visibilizar un pasado no tan lejano, pero casualmente
“olvidado” por el mainstream. De la misma forma que los Hachepientos
recuperaban obras como Aliverti Liquida, recordaban al “humorista” Alfredo
Mario Ferreiro, o anticipando al criterio actual del Nobel, dedicaban un número
integro de una revista literaria para hablar del valor poético de los Beatles;
los De UNO rescataban de las brumas de la mala memoria una pieza emblemática de
los sesenta, experimental y a la vez políticamente comprometida (no son
criterios que se excluyan, como algunos pensaban) rescataban este libro de
Clemente Padín “Los horizontes abiertos”. Luis Bravo no sólo fue el responsable
de los cuidados de la nueva edición y de
su prólogo, sino además realizó la presentación en el Instituto Goethe, una puesta
desacralizada y performática, en perfecta sintonía con la propuesta.
Apenas ha quedado esta grabación del suceso (entre el
público nadie tenía celulares con cámara de fotos o video como hoy en día) es un
registro al que accedí hace unos años en cinta duplicada de casete. En algún
momento se podía escuchar en la Red la versión que realizara Bravo del texto
“El descubrimiento del fuego” en la página de “Archivio 3Vitre di Polipoesia./ La
Voce Performante - Vocoralità Del Novecento” curado por Enzo Minarelli. Luego dicha
versión la incluí en una antología de poesía sonora uruguaya titulada “Al
margen”, pero nunca había estado disponible el registro completo de dicha
presentación.
48 años después de la publicación de “Los horizontes
abiertos”, a 28 de su reedición, no parece mala idea seguir ampliando la
mirada, o la escucha de esta obra paradigmática. Como escribiera Martín Palacio
Gamboa sobre la misma: “Los horizontes abiertos instaura un trazo ABRIENTE que
no posee forma ni sentido y que, no obstante fluye en una dinámica de vacíos
desplegables en su misma cinética.”
Juan Angel Italiano, labOratorio, Maldonado, 17 octubre, 2017
La performance de un texto crítico + la
primera incursión en el fuego de la voz
1.1- El texto que se escucha aquí, leído en
vivo en la presentación de “Los horizontes abiertos” (Ediciones de Uno, 1989)
en el Instituto Goethe de Montevideo
(octubre, 1989) es un fragmento del prólogo que escribí para ese libro. Era la
primera reedición de ese poemario crucial y fronterizo que, publicado en 1969,
cumplía 20 años. Recuerdo que para escribirlo nos entrevistamos varias veces
con Clemente Padín y tuve acceso por primera vez a los materiales de su gran
archivo personal, que hoy está a disposición en el Archivo de la Universidad de
la República. No habría sido posible hacer ese texto sin su presencia como guía
y sin ese archivo como memoria porque cuando quise consultar algo de crítica
sobre el libro, sobre la obra de Padín, sobre la revista los “Huevos del Plata”
(se había publicado en su colección de libros y plaquettes) no encontré nada que
fuera de utilidad en la crítica literaria uruguaya. Lo que confirmaba, una vez
más, que incluso 20 años después de aquellos inquietos y experimentales años finales
de los Sesentas, nuestra crítica y nuestra memoria cultural eran deficientes. Y
lo eran a un nivel desesperante, por lo menos para mis juveniles treinta años. De
ahí el tono vehemente e irónico que el texto y su puesta en voz conllevan. Entiendo
que el rescate de memoria que propone Juan Á. Italiano al difundir este audio
apunta al valor del documento sonoro y, en tal sentido, avalo su difusión a
pesar de sentirme ruborizado no tanto por lo peleón sino por cierto tono de
soberbia juvenil con el que se vestía mi rebeldía de 28 años atrás.
Durante muchos años tomé muy en serio la
tarea de publicar artículos de prensa y columnas (son más de doscientos, por
cierto), dar conferencias y escribir prólogos, hacer presentaciones de libros y
dar entrevistas, con las que contribuir de manera diferente al panorama crítico
nacional. El adversario era el conservadurismo de un medio cultural que
resultaba hostil en su desidia, en sus prejuicios establecidos, en su falta de
canales y de apoyo para la investigación.
Este prólogo y sus variantes tuvieron
varias publicaciones además del libro en cuestión. Señalo tres:
- “Un contexto sin memoria” sobre Revista “Los huevos del Plata”, en
la columna personal, “Animal crítico”, Diario “La República”, 29.8.1989.
- “Veinte
años después”, en “Catálogo: Clemente Padín / Premio Figari”,
Banco Central del Uruguay, Montevideo, 2005. Figura allí una versión bilingüe,
inglés-español.
-
“Un texto fronterizo”, en “Poseías
Completas de Clemente Padín”, Ediciones del Lirio, México, 2013.
2. 2 - De
la presentación en sí recuerdo dos o tres cosas. Lo primero es que estando ya
en el escenario, antes de ir hacia el micrófono a leer el prólogo, me saqué los
zapatos, coloqué las medias en éstos con cierta parsimonia, y me dirigí
felizmente descalzo a hacer de esa lectura una performance. Me nació así en ese
momento, y no tengo ninguna otra explicación para ello, aunque interpretaciones
puede haber varias. Dicho de otra manera: sin darme mucha cuenta la lectura de ese
prólogo entre erudito e irónico, entre exhaustivo y a la vez displicente para
con lo académico (mi soberbia juvenil ya mencionada) adquirió una actitud performática
a partir de ese “descalzamiento” improvisado. Es un dato apropiado, me parece,
para calibrar el tono y las intenciones del hablante que se presenta en este
audio. Es desde ahí que también puede interpretarse ese final trunco, que fue
otro acto improvisado. Cuando estaba dando una puntada final al discurso sobre la
“carnavalización”, tras referir a una “creatividad abierta”… de pronto, como ya
harto de mis propias palabras, me levanto de la mesa y dejo el escenario, y el texto
sin terminar…”abierto” en esas palabras. No fue premeditado pero al igual que
el descalzarme, la propia acción discursiva me llevó a hacerlo así.
Según el orden de la grabación que J.A. Italiano
me indica lo que sucedió es que antes de leer el prólogo, ya había tenido lugar
la puesta en voz del poema “Descubrimiento del fuego”. Quiere decir que la
lectura del prólogo vino pre-informada por la puesta en voz poética. O sea, esa
es otra posible explicación: la performance poética “contaminó” la lectura del
texto crítico, transformándola en performance.
En cuanto a “Descubrimiento del fuego” se trata de un poema sonoro que no formaba parte del libro original. Padín lo había publicado en “Los Huevos del Plata” (Nº 10, diciembre, 1967) bajo el seudónimo Antonio Maltez.
Es posible que ese texto, entonces, haya
sido incluido al final del libro, gracias a las conversaciones que tuvimos con
Padín preparando la edición, no lo recuerdo bien. Pero al integrarlo su
presencia marca el pasaje de frontera entre verbalidad y sonoridad que esta
edición de 1989 propone, como un tránsito más de las fronteras que la poética
de Padín fue atravesando. Si su obra posterior se dirige a la visualidad y
hacia la acción performática, lo sonoro quedará allí planteado como una
posibilidad en este poema cuyo valor se abre a lo fónico. El hecho es que, por
aquel entonces, salvo el poema “Tren en marcha” (1927) de Alfredo Mario
Ferreiro, yo no conocía otro poema sonoro en la lírica uruguaya. Este era un
texto escrito 40 años después de aquél, y era todo un desafío interpretarlo. Le
propuse a Padín hacerlo en vivo, puesto que nunca antes se había llevado a la voz,
para lo cual había sido compuesto.
Esa fue mi primerísima incursión en la
puesta en voz de un poema fónico. Siempre le estaré agradecido a Padín y a ese “fuego”,
aquella experiencia a partir de la cual puse en marcha la senda de experimentar
la voz como sonoridad poética, arte que hasta hoy cultivo. A modo de testimonio,
quiero decir que cada vez que he interpretado ese texto hay algo que me guía y
me transporta hasta llevarme a ese lugar donde puedo sentir cómo se enciende la
palabra “fuego”, luego de haber ido atravesando gozosamente el trayecto sonoro,
mágico, de su propia voz.
Luis Bravo, Notre Dame University, 17 de octubre, 2017.
Audio tomado de cinta casete duplicada, grabación realizada en vivo (sin detalles) digitalizado en el labOratorio por Juan Angel Italiano en una primera instancia en el 2013. Procesado en octubre del 2017.